miércoles, 25 de marzo de 2009

_Masacres en escuelas e institutos_

En este artículo, en vez de enlazar a las fuentes las incluiré al final del texto, ya que si no los enlaces serían numerosísimos. Gracias por la comprensión :D

El pasado 22 de Marzo se cumplieron 4 años de una noticia que actualmente ya ha pasado al olvido. Si bien es cierto que en su momento causó una gran expectación, esta se debió principalmente al morbo, pero he considerado que debido a que no es la primera vez que tiene lugar una tragedia de esta índole, he de recordarla, con la finalidad de tratar de encontrar las causas que permitan prevenir posteriores manifestaciones similares en un futuro.



En 2005, Jesse Weise armado con una pistola y un fusil entró a su instituto de la reserva indígena de Red Lake, hogar de la etnia denominada Ojibwa y conocida comúnmente como Chippewa. La reserva se encuentra situada en el estado de Minnesota, unos kilómetros al sur de Canadá.

Todo comenzó cuando el joven se dirigió a casa de su abuelo, “Daryl `Dash`Lussier”, el jefe de policía de la reserva, de 58 años y le disparó con una pistola del calibre 22, matando posteriormente a la compañera sentimental de este con la misma arma.

Posteriormente, se dirigió a su instituto con el coche policial de su abuelo y disparó primero al guardia de seguridad de la puerta y posteriormente, a una profesora y a cinco estudiantes según el FBI. En total, nueve personas resultaron muertas mientras que otras 12 sufrieron heridas. Cuando la policía acudió al lugar de los hechos, intercambió una serie de disparos con el adolescente, que posteriormente entró en un aula y se suicidó disparándose en la sien.

La situación mental del adolescente, es cuestionable, ya que en su corta vida había pasado por diversos traumas psicológicos. Su padre se había suicidado en 2001, mientras que su madre permanecía constantemente hospitalizada debido a un problema neurológico.

Además, algunos alumnos del instituto, apuntan a que se trataba de una persona solitaria, que vestía de negro y había sufrido acoso escolar hacía algunos años. Todos estos hechos fueron los que probablemente llevaron a Jesse Weise a desarrollar un odio hacia la sociedad que le rodeaba, adoptando actitudes pro-nazis.

El Joven se registró en varios foros de esta temática, identificándose así mismo como “Todesengel”, que significa ángel de la muerte en alemán, o “NaziNativo”. En estos portales de Internet expresaba su disconformidad de que la etnia Chippewa “mezclara sangre de extranjeros ajenos a la tribu”.

La matanza puede también achacarse a causas relacionadas con la mala situación económica y la ya conocida discriminación que han interiorizado con el paso progresivo del tiempo los indios nativos americanos, lo que pudo llevar al joven a desarrollar un trastorno mental. La reserva Red Lake, es un ejemplo de la situación expuesta, ya que cuenta aproximadamente con unos 5000 habitantes, de los cuales el 39% vive en la pobreza, y el desempleo en la misma es alto.

Sin embargo, y aunque en este caso haya podido ser un desencadenante de la tragedia, una situación económica negativa no tiene por qué propiciar estos hechos, y por ende, una positiva no tiene por qué evitarlos. Un claro ejemplo de esto es la masacre de Winnenden, en la que Tim Kretschmer asesinó a 15 personas para posteriormente suicidarse, cuando que esta es una próspera ciudad en una región de pleno empleo

Una de las principales peculiaridades que posee este caso respecto a otros de similares características, es que a pesar de que el estudiante disparó indiscriminadamente a las puertas tras las que se escondían sus compañeros, sus ataques no fueron del todo aleatorios. Esto puede afirmarse gracias al testimonio de un estudiante presente en el lugar de los hechos que relató a Molly Miron, del diario Bemidji Pioneer, que Jesse Wise encañonó a un joven y tras reconocerlo, le sonrió y disparó a otra persona.

Cada año mueren 15.000 personas por disparos de armas de fuego en Estados Unidos, país en el que una de cada cuatro personas es propietaria de un arma de fuego. Sin embargo, el hecho de que esta nación halla sido escenario en numerosas ocasiones de matanzas como la de Columbine en Colorado el 20 de abril de 1999 (en la cual fallecieron 15 personas), no debe hacer creer que episodios como el relatado previamente sólo tiene lugar en el mismo.
Existen numerosos ejemplos de matanzas similares que han tenido lugar en diferentes países, destacando aquellas acontecidas en la ciudad de Winneden (suroeste de Alemania), Kauhajoki (Finlandia), Universidad de Illinois (Estados Unidos), Universidad de Virginia (Estados Unidos) y Erfurt (Alemania).

La reciente proliferación de este tipo de conflictos lleva a psicólogos y psiquiatras a hacerse una pregunta que todavía permanece sin respuesta: ¿Cuál es la causa de que un joven entre a su centro de estudio y asesine indiscriminadamente a profesores y alumnos para posteriormente suicidarse?

Comúnmente se cree que estas reacciones se deben a una inestabilidad mental de las personas que los llevan a cabo, sin embargo, la teoría de que los individuos que comenten actos violentos sufren algún tipo de problema psicológico no está contrastada. Lo cierto es que los datos estadísticos apuntan a que los enfermos mentales cometen tantos crímenes como el resto de las personas. Sin embargo, este tipo de manifestaciones suelen relacionarse con comportamientos extraños o psicopáticos de suejetos que sienten que no despiertan una atención suficiente en aquellos que les rodean.

Lo cierto es que la gran mayoría de los adolescentes que protagonizan estos episodios no sufren una patología como tal, pero sí tienden a desarrollar conductas ególatras, egocéntricas y a poseer una aversión al resto de seres humanos. Esta actitud es algo similar a la sociopatía, es decir, a un trastorno de la personalidad antisocial.

Se afirma que estas personas no padecen un trastorno psquiátrico porque no poseen una enfermedad psicológica que irrumpa en su trama biológica y modifique un comportamiento previamente normal, sino que se trata de actitudes que se hallan alteradas desde una edad temprana debido a causas como una falta de atención por parte de los progenitores, traumas psicológicos tales como los provocados por abusos sexuales o físicos o situaciones dramáticas vividas el la infancia o adolescencia temprana, (lo que ejemplifica el caso de Jesse Weise antes mencionado). Especialmente, este tipo de reacciones se relacionan con acoso escolar, ya que los que las llevan a cabo tratan de devolver el daño que la comunidad estudiantil les ha provocado mediante la violencia extrema

En ocasiones este tipo de delitos puede estar relacionado con los elevados índices de depresión que se registran en los países en los que tienen lugar las masacres (en Finlandia por ejemplo, un 15% de los adolescentes entre 15 y 22 años sufre depresión).El sistema norteamericano, basado en éxitos y fracasos y en la exaltación de unos valores de superación difícilmente alcanzables, contribuye a valorar el éxito o el fracaso en función de la consecución de una meta llevando a situaciones en las que la presión puede provocar este tipo de reacciones.

Además de por estas razones, existen causas fisiológicas naturales que pueden llevar a una persona a cometer un acto semejante, tales como la alteración de determinadas sustancias cerebrales como la MAO y la Serotonina, que contribuyen a que estas adopten determinados comportamientos que les llevan a perder el control de su propio cuerpo.

Existen determinadas actitudes sociales que tienden a potenciar el comportamiento de estas personas, si bien no pueden relacionarse directamente con los actos que comenten, como señala el doctor en Psicología, profesor de la Universidad de Sevilla y experto en violencia escolar Joaquín Mora Merchán.

Entre las actividades de ocio que reafirman los trastornos de estos individuos puede citarse el uso de videojuegos violentos, que es una de los pocos aspectos en común que se identifican en estos individuos (además del hecho de que todos ellos son varones con una edad cercana a los 20 años). Esto se ve ejemplificado en la afirmación del presidente de la Fundación alemana para la Lucha contra el Crimen, el criminólogo Hans-Dieter Schwind, que afirma que “El que asesinos en serie disparen indiscriminadamente en el momento de emprender la huida es algo que las personas aprenden en juegos de videos”.

Además, la Red supone un conflicto para este tipo de individuos, ya que gracias a ella pueden ponerse en contacto entre ellos y sentirse “unidos” (al igual que sucede en casos de patologías mentales tales como la anorexia o la bulimia, mediante las páginas “proana” o “promia”). Estos jóvenes tienden a compartir sus pensamientos violentos bien en foros creados para ellos o bien en páginas Web en las que se fomentan ideologías violentas, tales como la nazi, que contribuyó a acrecentar la ira de Jesse Weise hacia sus semejantes.

También los medios audiovisuales, según Serrano, desempeñan un papel fundamental en el fomento de este tipo de actitudes debido al tratamiento de la violencia desde luna perspectiva que la hace ver como algo inevitable y eficaz, ya que convierte al que la lleva a cabo el alguien al que el resto de la sociedad teme, y que será más recordado cuanto más cruento sea el acto que lleve a cabo. Rebecca Bondi, investigadora de la Universidad Libre de Berlín, también insiste en que los medios de comunicación deberían evitar aportar datos sobre la vida privada y razones de los asesinos.

Cabe mencionar, que estos comportamientos no son en modo alguno fortuitos. Se trata de individuos que han gestado actitudes agresivas durante un largo periodo de tiempo, y en gran cantidad de ocasiones, han tratado de alertar de ellas inconscientemente, bien exteriorizando su inseguridad mediante comportamientos no comunes, o incluso introduciendo vídeos amenazantes en la herramienta YouTube, en los que incluso detallan cómo van a realizar la masacre que piensan llevar a cabo.

Una de las principales medidas de prevención que se proponen es la de atender a comportamientos anormales desde edades tempranas. Por ejemplo un niño que tiende a reaccionar violentamente a determinados estímulos no tiene por qué ser especialmente agresivo cuando crezca, pero si sus comportamientos se perpetúan durante un largo periodo de tiempo, sería conveniente atenderle de un modo especial. Profesionales como el psicólogo educativo Jesús Ramírez, han corroborado la validez de estos argumentos.

También se pretende que el acceso a las armas de fuego sea más complejo, porque aunque el hecho de que una persona tenga facilidad para utilizar una pistola no fomenta que lo haga, sí permite la posibilidad de atacar con ella. El hecho de que se viva en un país con una ley de armas de fuego permisiva, no explica el por qué, pero sí el cómo.


-Fuentes:
-http://www.abc.es/20090311/internacional-europa/alemania-vuelve-escenario-matanza-200903111256.html
-http://jornada.uam.mx
-
http://www.20minutos.es/noticia/12539/0/DELITO/EEUU/TIROTEO/
-http://argijokin.blogcindario.com/2008/09/09490-por-que-se-repiten-las-matanzas-escolares.html
-http://www.elpais.com/articulo/sociedad/busca/perfil/asesino/instituto/ elpepisoc/20090318elpepisoc_1/Tes?print=1
-
http://www.dw-world.com/popups/popup_printcontent/0,,4093042,00.html
-http://www.laprensa.com.ni/archivo/2009/marzo/13/noticias/internacionales/ 316687.shtml
-http://www.elconfidencia.com

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